Artículo realizado por Pablo Olábarri Gortazar Director general del Centro de Estudios Garrigues. Toda época de cambio como es la actual requiere de los mejores profesionales, con nuevos conocimientos, competencias, actitudes y valores... Y de la capacidad de adaptarse a ese cambio, a la mejora constante. En un entorno cada vez más competitivo, y en el que las empresas encuentran cada vez menos márgenes de beneficio, el objetivo de máxima eficiencia, tanto de la organización como de sus personas, se hace imprescindible para la supervivencia y para el crecimiento empresarial. De las estadísticas se desprende que no solo las empresas y las familias, sino también los propios Estados están centrando sus esfuerzos presupuestarios en actividades encaminadas a mejorar la formación de sus ciudadanos en todos los niveles. La explicación es fácil: a menos oportunidades en el mercado laboral, mayor es la necesidad de diferenciarse y, en consecuencia, de disponer de una sólida formación, de calidad y especializada. La garantía de calidad resulta fundamental cuando se trata de asegurar la rentabilidad de la inversión en un programa formativo. Esta nueva situación nos demanda un perfil profesional renovado, un experto mucho más competitivo y completo que el profesional “tradicional”, alguien que debe prepararse para adquirir los conocimientos teóricos y prácticos en un mundo global. La internacionalización junto a la especialización son los dos aspectos que más van a impulsar la carrera de un profesional y más van a reforzar a las organizaciones donde ese profesional preste sus servicios.
En mi opinión, es aconsejable y resulta mucho mas enriquecedor que en esta preparación seapresencial (o una combinación presencial/on line) y es en este formato donde el profesional sacará un mayor partido a la misma y también resulta realmente interesante que se impartan materias y casos en inglés, junto con la presencia de profesorado profesional y donde también participen profesores internacionales. Además es importante tener la posibilidad de estancias en otras universidades o empresas y todo ello permite que ese período formativo tenga todos los ingredientes para que un profesional que está comprometido con su futuro y que tiene una actitud positiva e ilusiones, sea un verdadero profesional de éxito. Por lo tanto, si tengo que definir al profesional de éxito diría que, es imprescindible un sólido conocimiento integrado, una visión global del mundo de los negocios y también tiene mucha importancia al conocimiento financiero, tecnológico y de idiomas. Todo ello aderezado de diferentes competencias, como son la capacidad para liderar personas, de hacer crecer los equipos, de una clara vocación comercial, de una buena capacidad de comunicación, además de la capacidad de integrar y de resolver conflictos. El liderazgo y los idiomas…sin duda son algunas de las competencias más valoradas. Creo firmemente que con este perfil profesional, las organizaciones, aunque el mercado haya ralentizado su crecimiento, saldrán reforzadas y serán más competitivas ya que toda crisis, y todo cambio, encierra riesgos pero también oportunidades. Lo importante es entonces poder situarse en las mejores condiciones para afrontarlos y sin duda la formación es uno de los pilares básicos para conseguirlo.